El yoga somático es una práctica transformadora que te permite crear una conexión más profunda con tu cuerpo, combinando el movimiento con la atención plena para lograr una comprensión más profunda de tu cuerpo y una mejor curación. Se centra en coordinar la percepción dentro del cuerpo, liberar la tensión y restablecer el equilibrio del cuerpo y la mente para realizar actividades de forma más fácil y consciente. El yoga somático te permite nutrirte mejor de adentro hacia afuera al concentrarte en los sentimientos internos en lugar de en las manifestaciones externas.
¿Qué es la somática?
Somatics, que deriva de la palabra griega que significa cuerpo vivo, es un tipo de terapia del movimiento que enfatiza el entrenamiento de la mente y el cuerpo para disminuir el dolor y los espasmos musculares, lograr el equilibrio mente-cuerpo, mejorar las asanas y aumentar la flexibilidad en el movimiento. La práctica fue creada por Thomas Hanna en la década de 1970. Hanna creía que el cuerpo responde al estrés y al trauma de la vida cotidiana a través de reflejos musculares específicos que conducen a contracciones o movimientos involuntarios y habituales que causan rigidez y dolor.
En qué se diferencia el yoga tradicional del yoga somático
Mientras que los estilos y prácticas de yoga tradicionales se centran en armonizar el cuerpo externo, el yoga somático promueve que las personas mejoren sus cuerpos a través de la exploración interior.
El yoga tradicional (Hatha yoga, vinyasa yoga, Ashtanga yoga) fortalece y estira el cuerpo en un esfuerzo por domar la mente para alcanzar el estado sobrenatural (Samadhi). El yoga somático funciona activando la energía curativa inicial innata, descansando la mente “pensante” para curarse de asanas o heridas forzadas del pasado y trata al cuerpo como una herramienta importante.
El yoga tradicional tiende a utilizar asanas corporales comunes y disposiciones del cuerpo.
El yoga somático, por otro lado, utiliza las formas de la naturaleza (círculos, vibraciones y ondas) para crear nuevas vías neuronales en el cerebro a través de movimientos no lineales y no habituales.
El yoga tradicional domestica la mente a través de la meditación, el canto y los movimientos estructurados.
El Yoga Somático tiene como objetivo evitar el pensamiento lineal y mejorar la sensación y la profundidad.
Cómo funciona el yoga somático: contracciones y respiración
Aprendemos sobre nosotros mismos a través del movimiento porque el movimiento es el resultado de la comunicación del cerebro y el sistema nervioso con los músculos. El sistema nervioso también está muy influenciado por la forma en que respiramos. El yoga somático combina una forma de movimiento llamada pandiculación con la respiración.
Desde una perspectiva neurológica, la pandiculación implica contracciones de la tensión que ya está presente, luego una extensión lenta y una liberación completa. Esta es una función biológica del cuerpo que restablece la longitud del músculo y actúa a nivel sensoriomotor. Al igual que nuestras mascotas, inconscientemente retractamos nuestros movimientos cada vez que bostezamos. Si tienes una mascota, sin duda los has visto retroceder cada vez que se levantan durante un descanso.
Escucha cómo se siente tu cuerpo
En el yoga somático, los espacios naturales de contracción, expansión y relajación durante el ciclo respiratorio se consideran movimientos de constricción dentro del cuerpo. Aprendemos a autorregular el sistema nervioso sincronizando nuestras necesidades instintivas de respiración con las contracciones físicas de nuestros músculos. Cuando cierras los ojos y entras en el espacio mente-cuerpo, encontrarás más sensaciones.
Body Flow es una práctica integrada que nutre la mente y el cuerpo, incorporando terapia de yoga, movimientos lentos y conscientes de la mente y el cuerpo para lograr la curación de la mente y el cuerpo aumentando la conciencia del cuerpo.
El yoga somático es diferente de los estiramientos, que pueden ser dolorosos y de corta duración. El yoga somático utiliza técnicas de ejercicio de constricción para restablecer la longitud óptima de los músculos en reposo, aliviando así la tensión y el dolor crónicos. Esta secuencia de asanas restauradoras, llamada flujo corporal, es ideal para aliviar los músculos rígidos, aliviar el dolor y mejorar la mala postura y la flexibilidad de una manera superior y más segura que los estiramientos.
Principios de la práctica del yoga con flujo corporal
1. Ten conciencia sensorial: ¿Cómo se siente tu cuerpo? Observa las zonas de tensión, incomodidad o relajación. Esta conciencia es fundamental para la práctica del yoga somático.
2. Muévete despacio y con atención: las prácticas de yoga somático suelen implicar movimientos lentos que priorizan la percepción interna sobre la expresión externa. Cada movimiento te lleva al momento presente y es una oportunidad para explorarte y descubrirte a ti mismo.
3. Concéntrese en su respiración: su respiración es su poder. La respiración consciente profundiza la conciencia, libera la tensión y promueve la integración de la mente y el cuerpo.
4. Observa sin juzgar: escucha a tu cuerpo observando cómo te sientes sin juzgar ni obligarte a adoptar ninguna forma o posición en particular. Esta actitud sin juzgar promueve el desarrollo de la autoconciencia y reduce el riesgo de lesiones.
5. Explorar y jugar: Los movimientos corporales fomentan una actitud de curiosidad y juego. Esta actitud te anima a moverte a tu propio ritmo y redescubrir el potencial de tu cuerpo. Piensa en cómo los niños mueven sus cuerpos, ya sea por diversión o por frustración. Todos exploran haciendo sus propios movimientos y dejando que la energía fluya por el cuerpo a voluntad.
6. Incorpóralo a tu vida diaria: aplica los conocimientos que obtengas al practicar yoga más allá del mat. Incorpora prácticas de atención plena y conciencia corporal a tu rutina diaria y utiliza esta conexión mente-cuerpo para desarrollar tu fuerza física.
Técnicas de práctica para el Yoga somático
Para que tu práctica de yoga sea una experiencia corporal más profunda, puedes probar las siguientes técnicas para incorporarlas a tu práctica diaria:
Habla con tu mente: Antes de practicar, habla suavemente sobre cómo te sientes mientras tocas tu corazón con una mano y tu vientre con la otra para conectarte con tu ser interior.
Tócate: rompe el tabú sobre el tacto y calma el sistema nervioso tocándote.
Por ejemplo, sentada sobre tus talones, coloca tus manos sobre tus muslos y acarícialos.
Giro en espiral: gire suavemente partes del cuerpo, como las caderas, las muñecas, los tobillos e incluso la cabeza y el cuello, con un giro en espiral para promover la circulación y la flexibilidad.
Apretar y soltar: Aumente la percepción del cuerpo apretando y luego aflojando los puños, los pies y las piernas.
Flujo libre: se inspira en las asanas del yoga tradicionales, pero no está estrictamente limitado por ellas.
Guíe su cuerpo con “relajación” y “descanso” para estimular el flujo natural.
Subir y bajar como una ola: en asanas específicas, como la flexión de la columna, la postura del gato-toro o la flexión hacia adelante con las piernas abiertas, imagina que tu cuerpo sube y baja como una ola para mejorar la fluidez y la profundidad de tus movimientos.
Terapia de sonido: usar el sonido para la autocuración, ya sea cantando, tarareando o gritando, puede ayudar a procesar las emociones y liberar energía en el cuerpo.
Sacudir el cuerpo: Sacudir suavemente las extremidades y todo el cuerpo al principio o al final del movimiento ayuda a relajar los músculos y aumentar la percepción general del cuerpo.